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jueves, 13 de febrero de 2014

La cibervigilancia que nos acecha


Por  "Periodistas en Español"  



Si los ciudadanos no quieren información veraz los periodistas sobramos



Reporteros Sin Fronteras y el Comité de Protección de los Periodistas han hecho públicos sus informes sobre la libertad de expresión en 2013 y ambas organizaciones coinciden en definir un escenario muy negro para uno de los derechos fundamentales en la sociedad global actual, el de recibir información sin censura y con garantías de que los periodistas que la elaboran trabajan en libertad.

La obligación de los analistas al conocer estos informes es trasladar a los ciudadanos que no se trata de un tema menor, del que están a salvo en sociedades que consideramos desarrolladas, porque acabamos de ver como en Suiza se quiere restringir la libre circulación de personas por una opinión pública informada tendenciosamente sobre las consecuencias de la inmigración laboral.
Y también hemos escuchado al presidente Maduro decir que va a acabar con un supuesto amarillismo de la prensa que informa sobre sus fracasos en seguridad ciudadana aunque le llamen dictador.
Pero posiblemente el mayor peligro para el derecho a una información veraz viene de la cibervigilancia que gobiernos de países y de instituciones ejercen sobre las comunicaciones de periodistas para descubrir sus fuentes de información, el último caso conocido es el de la televisión pública de Galicia, en España, porque induce a la autocensura de los periodistas y al temor de las fuentes a facilitar información.
Es evidente que hoy más que nunca los periodistas independientes estamos obligados a superar las barreras que se nos ponen para informar y opinar sobre lo que sucede en el mundo, y para ello no tenemos más apoyo que el de una tecnología global que hasta ahora siempre encuentra vías para superar los controles y llegar a cualquier rincón en que pueda conectarse un receptor.
Pero estos planteamientos globales no pueden hacernos olvidar que hay colegas que siguen pagando con la libertad y la vida el ejercicio de un periodismo independiente, y que los enemigos de la libertad de información siguen activos y, también, cada vez con más recursos tecnológicos para acallar nuestras voces.
Así que una vez más tenemos que apelar a la ciudadanía a la que servimos, recordar que los periodistas, los fotógrafos, los reporteros, no somos los dueños de la información, que trabajamos para formar opinión contrastada que permita tomar opciones sociales y económicas con fundamento.
Si los ciudadanos no quieren información veraz los periodistas sobramos.