Se firmó este jueves un
renegociado acuerdo de paz con la guerrilla FARC para acabar medio siglo de
confrontación, luego de que el original fuera rechazado en un plebiscito. El
texto será sometido esta vez a aprobación del Congreso, pese a las críticas de la
oposición.
El presidente Juan Manuel
Santos y el líder de las marxistas Fuerzas Armadas
Revolucionarias de Colombia (Farc), Rodrigo Londoño (Timochenko), sellaron el
revisado pacto con un balígrafo (una bala convertida en bolígrafo) en un
clásico teatro de Bogotá, con capacidad para 800 personas.
La discreta ceremonia contrasta con la pompa de la
firma anterior, el 26 de septiembre en la caribeña Cartagena ante 2.500
invitados, entre ellos 15 jefes de Estado.
El texto, alcanzado el 12 de noviembre para incluir propuestas de
la oposición tras el revés electoral del 2 de octubre, busca poner fin al
conflicto armado más antiguo del continente, en el que también han participado
paramilitares y agentes estatales, con saldo de más de 260.000 muertos, 60.000
desaparecidos y 6,9 millones de desplazados.
"La paz nos devolverá la esperanza, la fe en
el futuro y la posibilidad de tener un mejor vivir para nosotros y nuestros
hijos", aseguró Santos en el acto.
Timochenko, por su parte, sostuvo que "con
este acuerdo no se deponen posiciones ideológicas políticas o de conciencia.
Solo ponemos fin de manera definitiva a la guerra, para confrontar
civilizadamente las contradicciones".
"El nuevo acuerdo es una oportunidad grandísima que tenemos los
colombianos que le apostamos a un país reconciliado", afirmó a la AFP
Consuelo González de Perdomo, excongresista secuestrada durante siete años por
las Farc, invitada a la ceremonia en el Teatro Colón.
Desconoce triunfo del No
Inmediatamente después de la rúbrica, el acuerdo será llevado al Congreso, de
mayoría oficialista y donde se espera quede refrendado la próxima semana y se
inicie el proceso de implementación.
El debate, que se iniciará el martes en ambas cámaras, será abierto y
televisado, y con participación no sólo de legisladores, sino también de
víctimas y opositores. "Estamos asumiendo esta responsabilidad con todo
compromiso", declaró a la AFP el presidente del Senado, Mauricio Lizcano.
La decisión, sin embargo, es cuestionada por
quienes se oponen al pacto, liderados por el expresidente y actual senador de
derecha Álvaro Uribe.
"Esta decisión desconoce el triunfo del
‘No‘" en el plebiscito del 2 de octubre, dijo el Centro Democrático,
partido de Uribe, que considera que negar la refrendación popular ha sido un
"golpe a la democracia".
El uribismo insiste en introducir más cambios al
pacto, como el inventario de bienes que las Farc deberán entregar para reparar
víctimas o el reporte detallado sobre su participación en el narcotráfico.
La oposición sigue rechazando principalmente que guerrilleros culpables
de delitos atroces puedan presentarse a cargos de elección antes de cumplir sus
penas.
En las calles, algunos colombianos
celebraban la noticia.