Por: Amalia Caraballo Aguilera
¡LA PAZ TAN ANHELADA DE COLOMBIA CUANDO LLEGARÁ!
Así mismo abogamos los colombianos por la felicidad de todos; porque es hermoso imaginarnos los niños pobres de los estratos más bajos, felices, con toda clase de ayudas de los gobernantes del país; como su alimentación diaria, salud, educación, textos escolares y demás; porque ellos sufren la pobreza, muchas veces el maltrato infantil, y es allí donde debemos sembrar amor, seguridad para darles la oportunidad de un futuro mejor.
Hoy un día como todos, al prender la T.V., leyendo el periódico o la radio; se escuchan las mismas noticias, diferentes dramas dependiendo del medio; llenas de lágrimas, derramamiento de sangre de inocentes que caen en medio de las balas en riñas callejeras, pandillas; maltrato intrafamiliar, adicciones, abuso sexual e infanticidios a menores, feminicidios, secuestros; conflictos entre grupos armados, supuestamente de aquellos que “luchaban por un ideal, por defender el pueblo”, a lo que ya los colombianos no creen; porque es más la miseria y el dolor que han dejado a través de más de 50 años, los pasados gobiernos.
Cansados de tanta guerra, “clamamos por esa paz”; que anhela, el niño de la calle con sus pies descalzos mendigando un pedazo de pan; las familias con niños desplazados de sus tierras a quienes han asesinado a su padre, y sólo cuentan con esa madre sufriendo las inclemencias de la desolación y la miseria; teniendo que sufrir el rechazo de aquellas personas sin humildad, ni misericordia y la falta de solidaridad del gobierno a través de los años en aquellos lugares marginados de nuestra querida Colombia.
También el militante de grupos al margen de la ley que ha estado durante años en enfrentamiento por razones idealistas; niños y jóvenes obligados, al ser reclutados, o por su pobreza se ilusionan por un imaginario sueldo, creyendo solucionar sus problemas económicos; cambiando las aulas de un colegio, sus libros y enseñanzas, juegos, para ser una persona culta, responsable, con ideales, para lograr un futuro mejor lleno de éxito. A cambio empuñan un fusil, convirtiéndolos en asesinos de inocentes; y por defender su vida, luchan en emboscadas, persecuciones, huyendo a sus delitos atroces, muchas veces sin saber por qué.
Igualmente, cuando escuchamos que la policía o el Ejercito Nacional están envueltos en hechos delictivos dentro de la misma Institución, destituidos por corrupción, asesinatos, etc.; como el sonado caso que envolvió a soldados del ejército en el robo millonario de miles de dólares en canecas, siendo repartido, lo derrocharon sin imaginar que serían descubiertos; y que decir de los falsos positivos, esto si reboso la tapa como dicen en el argot popular. Un País lleno de familiares de víctimas, pedía justicia y ubicación de sus seres queridos. La decepción se apoderó del pueblo. El compromiso ahora es el perdón, arrepentimiento, la no repetición, la reparación y el cambio, para recuperar la confianza y esperanza en nuestras fuerzas militares y de policía como respuesta del estado.
Debemos decirle no más a toda esta violencia, indiferencia y corrupción. Hay que luchar por la paz de nuestro país, que se le devuelva al pueblo la Justicia Social que todos merecemos y por derecho nos pertenece. Hay que gestionar empresas que generen empleo, compartiendo el bienestar y riqueza con equidad, a quienes trabajan honradamente por suplir las necesidades y de su familia.
Lo ilógico, es que hay dinero para tanta corrupción y empoderamiento político con recursos del estado que le pertenece al pueblo. Pero tristemente no existe presupuesto para aprobar las reformas o nuevas leyes. Los cambios sociales son necesarios y se requiere una nueva cultura.
Cada colombiano, debemos aportar un granito de arena para lograr la paz que nace en cada uno de nosotros; empezando desde nuestros hogares, donde reine el amor, la comprensión, la tolerancia, no siendo indiferentes al dolor y necesidades de las personas que nos rodean. Cuidemos la naturaleza, el agua, la tierra, los animales silvestres, nuestras mascotas, son un regalo hermoso de Dios para todos los seres vivos en este reino terrenal.